domingo, 7 de enero de 2024

Diamantes Verdes

 

Sandra Tavárez
Presentación del libro:  Diamantes Verdes
Cuestalibros
3 de enero 2024

Buenas noches,

A los escritores que me acompañan en la mesa principal, a nuestra distinguida maestra de ceremonias, a los artistas, familiares y amigos aquí presentes.

Quiero agradecer a Cuestalibros, a los escritores Andrés Acevedo, Daniela Cruz Gil y Máximo Vega, a la ilustradora Soonhwa Wiesner, a la Editora Amigo del Hogar, a Editora Santuario, a mis sobrinos: Mel, Emmanuel, Gerald y Gary a quienes está dedicado este volumen y a mi mascota Winni mi fiel amigo de muchos años. 

En octubre del año que recién ha finalizado estuve en la juramentación de los miembros de la Asociación Nacional de Escritores Centro PEN República Dominica, fue grandioso encontrarme con tantos amigos en los salones de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña y ha sido agradable saber que formo parte de esa institución.   Las situaciones en las que me he visto envuelta en los últimos días me han demostrado lo importante que es tener una asociación de escritores que nos represente y nos apoye.  Gracias Aquiles, por la iniciativa, enhorabuena para todos los miembros del PEN.



Lograr que estemos reunidos esta noche se debe a grupo de eventos afortunados, que se combinaron para darnos la excusa perfecta para encontrarnos en este escenario.  La presentación de un libro es siempre una buena noticia, y en mi caso tener la oportunidad de compartir con ustedes una propuesta diferente es grandioso. 

Es importante aclarar que, aunque estos cuentos han sido escritos pensando en los lectores más jóvenes de la casa, en realidad pueden ser disfrutados por los adultos, de hecho, la lectura en familia es recomendable y es un vínculo positivo que los niños siempre llevarán consigo.

Recuerdo que mi madre me contaba historias, y muchas veces también escuchábamos dramatizaciones en la radio.  En ese entonces las más frecuentes eran las fábulas de Esopo, pero también recuerdo cuentos de reinos lejanos en los que vivían caballeros muy valientes y gentiles, donde habitaban toda clase de seres imaginarios. Así que podía soñar con hadas, duendes, castillos y princesas. Recuerdo que a veces me acostaba en las tardes y fingía dormir, pero en realidad, me transportaba a un mundo imaginario en el que todo era perfecto.  Era como una serie, cada día un nuevo capítulo, el cual continuaba donde había quedado el día anterior.  Por eso no es de extrañar que, aunque estamos en el Caribe, algunos de esos personajes digan presente en este volumen. Diamantes Verdes es una parte muy personal, lo más puro que hay dentro de mí encontró el camino para canalizarse a través de las historias que aquí les presento.  Sentimientos como la bondad, la empatía, el respeto por la naturaleza, el amor a la música, la amistad.

La idea era hacer un regalo especial a mi sobrina Mel, quien un día me contó que había encontrado un diamante verde, no sé por qué ese título caló tan fuerte en mí y de inmediato una historia surgió en mi mente y así nació el cuento El Diamante Verde.

El trabajar con los niños del Taller experimental de Literatura me dio la oportunidad de leer algunos libros y releer otros como: El Principito, Alicia en el país de las maravillas,  el Mago de Oz y mientras los motivaba a leer y a escribir, nuevas ideas germinaron en mi cabeza, de ahí surgió El príncipe Emmanuel. 

Entonces, decidí dar riendas sueltas a mi imaginación, hasta crear dos mundos (uno realista, otro imaginario).  Para caracterizar los personajes, me apoyé en las cualidades de aquellos a quienes amo y que de algún modo despiertan los sentimientos más nobles en mí.   Las historias son ficticias, aunque es cierto que Emmanuel es nuestro príncipe, que Frida intentó escapar y que Gary es un niño feliz.

La experiencia de escribir estos cuentos que ahora les comparto me ha permitido recordar esas cosas que hacía de niña, como jugar bajo la lluvia, correr por el campo o recolectar frutas y vegetales que tal vez no comería; pero bastaba con ver la cara de mi abuelo, cuando le mostraba los cubos llenos de las cosas que él había sembrado.  Aunque en ese momento no tenía consciencia de eso, era feliz.  Como deben ser todos los niños.

La creatividad y la imaginación van de la mano. Es importante crear un ambiente propicio para que los niños puedan explorar sus habilidades. Recuerden que soñar es válido a cualquier edad.  Demos la oportunidad a los niños de estar en contacto con ese mundo onírico, del que pueden entrar y salir sin contratiempos.   Seamos respetuosos con ellos, esos jóvenes lectores tienen la capacidad de ver más allá del texto que tienen en sus manos. 

Los invito a leer estas historias en familia, coméntelas con sus hijos, sobrinos, ahijados y tal vez dentro de muchos, muchos, años sean ellos quienes les recuerden aquellos días maravillosos en los que leían juntos.

 

Muchas gracias,

Sandra Tavárez



Fotos:

https://www.instagram.com/p/C10fo3ouZaf/?igsh=MTNxamx4NnV4Yzh3